top of page

División de herencia: pasos clave para evitar conflictos familiares

  • Foto del escritor: Fiecco Asesores
    Fiecco Asesores
  • 10 sept
  • 2 Min. de lectura

El fallecimiento de un ser querido no solo trae consigo el duelo personal, sino también la necesidad de organizar y repartir su patrimonio. La división de herencia es el procedimiento mediante el cual los herederos reciben los bienes y derechos del causante, y aunque debería ser un trámite claro, en la práctica suele generar conflictos familiares y retrasos.

1. ¿Qué es la división de herencia?


La división de herencia es el reparto del patrimonio del fallecido entre sus herederos. Para llevarla a cabo, es necesario identificar todos los bienes, deudas y derechos que conforman la masa hereditaria, y después adjudicarlos de manera proporcional según lo dispuesto en el testamento o, en su defecto, conforme a la ley.


2. ¿Cómo se inicia el proceso?


El primer paso es obtener la documentación necesaria: certificado de defunción, últimas voluntades, testamento (si lo hubiera) y certificados bancarios. Con esta información se elabora un inventario que incluye tanto los activos (viviendas, cuentas, vehículos, acciones) como las deudas pendientes.

Si los herederos están de acuerdo, la división se realiza de forma amistosa ante notario. En caso de desacuerdo, habrá que acudir al procedimiento judicial de división de herencia, donde un juez designará a un contador-partidor para elaborar la propuesta de reparto.


3. Principales causas de conflicto


Los desacuerdos más frecuentes suelen estar relacionados con:

  • La valoración de los bienes (ej. precio de inmuebles).

  • La existencia de donaciones previas a algún heredero.

  • La compensación por cuidados o aportaciones al patrimonio familiar.

  • La negativa de un heredero a firmar la escritura de partición.

Estos conflictos pueden alargar el procedimiento y aumentar los costes.


4. ¿Cómo evitar problemas?


La mejor manera de prevenir enfrentamientos entre herederos es anticiparse. Una planificación adecuada durante la vida del causante puede marcar la diferencia entre un proceso tranquilo y un conflicto prolongado.


En primer lugar, resulta fundamental otorgar un testamento claro, preciso y actualizado, adaptado a la realidad patrimonial y familiar en cada momento. Este documento evita la aplicación de la sucesión intestada, que en muchos casos genera dudas y tensiones al no recoger la voluntad del fallecido.


Otro aspecto clave es la valoración correcta de los bienes. Tasar inmuebles, vehículos o activos financieros con criterios profesionales permite que todos los herederos tengan una visión objetiva del patrimonio, evitando discusiones sobre el valor real de cada elemento.


Además, es recomendable mantener una documentación organizada (escrituras, cuentas bancarias, pólizas, etc.), de forma que los herederos puedan acceder fácilmente a la información necesaria para elaborar el inventario de la herencia.


Por último, contar con asesoramiento legal especializado desde el inicio ofrece seguridad y transparencia. El abogado actúa como mediador técnico, guiando cada paso con criterios jurídicos y evitando que las decisiones se tomen bajo la influencia de emociones o tensiones familiares. En muchas ocasiones, esta intervención temprana permite alcanzar acuerdos amistosos y reducir costes, tiempo y desgaste personal.


Conclusión


La división de herencia es un momento delicado que mezcla lo personal y lo jurídico. Abordarla con transparencia, asesoramiento profesional y, siempre que sea posible, buscando el consenso entre los herederos, evita que los conflictos familiares se conviertan en largos procedimientos judiciales.

Comentarios


bottom of page